
- Además de presentar las actividades del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa en la villa y la XIV edición del Festival Ducal.
Pastrana mostró ayer en FITUR su nuevo Museo de Tapices –fue inaugurado en octubre pasado- una vieja aspiración que ya había vivido un primer capítulo, como recordó ayer en FITUR el alcalde de la villa ducal, Ignacio Ranera, en el año 1950. “Los tapices de Alfonso V, rey de Portugal, son excepcionales, según los expertos se trata de la mejor colección mundial de tapices góticos flamencos. Con las nuevas instalaciones del Museo, han quedado expuestos en un recinto del siglo XXI”, afirmó el regidor en la presentación.
La enorme influencia de algunos de los personajes históricos que vivieron en La Alcarria hizo posible que, durante dos de los periodos más sobresalientes de la civilización occidental, Renacimiento y Barroco, la villa se fuera llenando, poco a poco, de un sinfín de utensilios litúrgicos que son verdaderas joyas, prendas personales de inmenso valor, documentos que pudieron ser claves en un determinado momento de la historia y ejemplares únicos de pintura y escultura sacra que forman parte de los fondos museísticos de la Colegiata de Pastrana.
De todo lo expuesto en el Museo, son los tapices de la colección de Alfonso V de Portugal los que gozan, con toda justicia, de mayor fama, junto con otras piezas de consideración como es el caso de la talla de un cristo tardorrománico, del siglo XIV, que se erige en el vestíbulo, procedente, casi con toda seguridad, de la primitiva iglesia de los calatravos, levantada en aquel mismo lugar durante los años de la repoblación.
Restaurados magistralmente por la Fundación “Carlos Amberes”, los tapices de Pastrana constituyen un ejemplo único dentro de esta disciplina artística y un claro exponente del periodismo de la época, ya que son contemporáneos al rey Alfonso V de Portugal y narran las batallas de la conquista de las plazas del norte de África de Arcila y Tánger por parte de este monarca.
Son muchos expertos los que aseguran que la de Pastrana es la mejor colección de tapices del mundo en estilo gótico flamenco. Se tejieron en Flandes por encargo de la Casa Real portuguesa y, según algunos historiadores, fueron tomados como botín en la batalla de Toro (1476). Otros estudiosos, sin embargo, sostienen que fueron un obsequio personal del rey portugués al gran Cardenal Mendoza. Lo que sí es constatable es que pasaron a ser propiedad de la familia y tras el matrimonio de doña Catalina Mendoza Sandoval con el cuarto duque, don Rodrigo de Silva, llegaron a Pastrana. La Colegiata se convirtió en sede de los tapices al no poseer el duque espacio para colgarlos en el Palacio Ducal, con lo que decidió legarlos al templo con la condición de que se sacaran cada año a las calles para embellecer la villa con motivo de la procesión del Corpus Christi. Su deseo se cumplió durante mucho tiempo.
Los cinco tapices flamencos expuestos en el Museo Parroquial de la Colegiata de Pastrana cuya conservación curativa y difusión ha impulsado la Fundación Carlos de Amberes pertenecen a dos series distintas: la serie de cuatro tapices sobre la Conquista de Arcila y Tánger por las tropas de Alfonso V de Portugal -“El Desembarco de Arcila”, “El Cerco de Arcila”,” El Asalto de Arcila”, “La Toma de Tánger”– y la de dos tapices sobre la toma de Alcázar Seguer, también por Alfonso V – de esta serie se expone de momento un solo tapiz, “La Entrada en Alcázar Seguer”, puesto que el otro “Cerco de Alcázar Seguer” continúa en fase de restauración.
La primera, datada entre 1472 y 1475, constituye uno de los ejemplos más espectaculares en el arte del tapiz del siglo XV, tanto por su tamaño (miden aprox. 4 m. de alto x 11 m. de largo cada uno) como por su excepcional calidad técnica. Se supone que fueron elaborados en la ciudad de Tournai, probablemente en el Taller de Passchier Grenier.
Ambas series de tapices flamencos fueron concebidas para exaltar el poder y la gloria del monarca portugués como conquistador y defensor de la Fe. Su alta calidad estética y valor histórico, así como el hecho de su origen flamenco, llevaron a la Fundación Carlos de Amberes a invertir 6 años de esfuerzo en restaurar y difundir estos paños que se encontraban en mal estado de conservación.
una colección de cuatro tapices, que miden 11 metros de largo por cuatro de alto y narran las conquistas de este rey portugués, Alfonso V, en el norte de Africa de las plazas de Arcila Tánger y Alcazar Seguer, hechos en Flandes que narran estas conquistas pero que también es que son contemporáneos al propio rey, se produjo en 1471 y son de 1475, góticos, flamencos, únicos en el mundo, y que los pueden ver todos ustedes en Pastrana, en un nuevo museo que se ha preparado para exponer estas obras, que se un museo especial dedicado a los tapices, pero también recordó que tiene pinturas de Salcillo, orfebrería y los recuerdos de Santa Teresa, una carta manuestrica, al rejilla que llevaba para confesarse.
El edificio
El Museo está ahora a la altura de la colección de tapices de Pastrana y del celo profesional y amor por el arte y su tierra de quienes los conservaron en el magnífico estado en el que nos han llegado desde finales del siglo XV, cuando fueron confeccionados en los telares de Paschier Crenier de Tournay (Bélgica), hasta la actualidad.
El proyecto del Museo en la Colegiata de Pastrana es obra de Francisco Jurado, un arquitecto de reconocido prestigio que ha trabajado en la restauración de edificios históricos emblemáticos, por ejemplo en Lorca. La idea, ahora ejecutada, de Jurado duplicó los espacios disminuyendo la altura de la planta baja anterior para cedérsela a la primera o bajo cubierta. El arquitecto definió dos ambientes de parecida estatura, ambos accesibles a través de escaleras y ascensores, en los que se expone la colección de tapices.
La planta superior comunica con la sala en la que se muestra al visitante la orfebrería, los cálices y las reliquias de Santa Teresa de Jesús. El conjunto cuenta con condiciones museísticas del siglo XXI. Los tapices se exponen en unas condiciones ambientales precisas para mantener su estado de conservación. La ejecución del proyecto costó 781.000 euros. En su financiación el Ayuntamiento de Pastrana contó con el apoyo de la Diputación de Guadalajara y de fondos europeos gestionados por el grupo de desarrollo local del Tajo Tajuña (FADETA).